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Anonimo

1ª parte

Hola a todos,desde niño tenía muy claro que había nacido en un cuerpo equivocado. Me consideraba niña, pero eran otros tiempos. Lo llevaba en silencio y me transformaba solo en sueños.

 

 

Aquel día me sentí indispuesta en el colegio, desde dirección avisaron a mi madre para que viniera a recogerme. Así lo hizo, y nos dirigimos a casa. Al llegar mi madre se sorprendió de ver el coche de papá en el garaje. Dejó el suyo fuera, y entramos por la puerta trasera. Dentro se oían voces y gemidos. Mi madre pensó que papá estaba enfermo y estaba sufriendo un ataque o algo así. Las dos corrimos hacia el salón que es de donde provenían los sonidos. Aquella imagen la tendré siempre grabada en mi mente. Mi padre estaba vestido con un camisón negro de mi madre, muy sugerente. Lo tenía recogido sobre su cintura. Y uno de los vigilantes de seguridad de nuestra urbanización estaba detrás de él, metiéndole su rabo por el culo.

 

Ellos no se percataron de que estábamos paralizadas viendo la escena. Mi padre gemía y le pedía que le diera más fuerte. El guarda le decía que se lo iba a dar todo, que era su zorrita. Yo nunca había visto nada de porno en vivo, solo alguna revista de la que mis compañeros llevaban al colegio y que se pasaban de unos a otros para masturbarse.

 

—HIJO DE PUTA..... MARICON.... Y EN CASA...

 

Mi madre chillaba fuera de si, el vigilante salió corriendo de una manera que hoy me resulta cómica, con los pantalones por los tobillos y tropezando con todos los muebles. Mi padre lloraba e intentaba salir del salón, con aquel camisón, su panza prominente, con todo aquel bello. Mama se lo impidió y yo la veía fuera de sí. Me chillo y ordenó que fuera a mi cuarto y que no saliera de allí. La habitación estaba en la planta superior, y yo escuchaba perfectamente a mi madre vociferar y pedirle una explicación lógica. Él solo lloraba y hablaba muy bajito, sollozando. No se cuanto duro la escena exactamente, pero a mí se me hizo eterna. Me acurruque en mi cama y llore, no sabía lo que iba a ser de mi familia en adelante.

 

Cuando mis hermanos volvieron del colegio, mi padre se había ido a trabajar, y mi madre actuaba como si nada hubiese ocurrido. Después de comer me hizo acompañarla al despacho de mi padre. Cuando uno de ellos nos hacían ir allí para hablar conmigo o mis hermanos, es que era algo serio pasaba.

 

—Quiero que borres de tu mente, lo que has visto hoy y por supuesto nadie sabra nada sobre ello. Tú padre ha cometido un error, y solo Dios puede juzgarlo por ello. Desde luego vamos a seguir siendo una familia, con la excepción de que él ya dormirá en el cuarto de invitados. Nadie tiene que imaginar el motivo. Tu seguirás como hasta ahora. Y ya ves lo que está bien y lo que está mal. Los hombres no pueden ni deben estar con otros hombres, al igual que las mujeres. El acostarse entre ellos es una aberración, y tu padre será juzgado por ello. Con respecto a ti, te exijo que tú comportamiento cambie. Percibo que te sientes atraído por personas de tu mismo sexo y eso no te lo voy a consentir. Con que sea tu padre el que esté equivocado tengo bastante. Lo has entendido?

 

Me sentía impotente, mi madre reprimía mi ser, mi vida, mis gustos. La culpa era de ella por haber parido una mujer sin sus atributos, y al contrario me había dotado de un micropene, inútil, y que no era parte de mi cuerpo.

 

Los años transcurrieron, y seguíamos viviendo en aquella mentira que mi madre pintaba de colores cada día. La relación entre ellos era de mutua educación, excepto porque no compartían habitación, nadie diría que tenían problemas. Salían a cenar con sus amigos. Viajábamos en vacaciones, se celebraban los cumpleaños.... Pero yo sabía que todo era una farsa. Nadie puede vivir en una mentira eternamente.

 

Por mi parte, yo ya tenía definida mi sexualidad. El mundo había cambiado y con ello las personas. Había averiguado que lo mío no era una enfermedad ni un castigo divino. Yo no era gay. Yo era una mujer. A espaldas de mi madre, había comenzado a cambiar mi cuerpo, a tomar hormonas, a depilarme con láser, dejé crecer mi cabello, y aún a pesar de continuas discusiones con ella, no reprimia mis ademanes.

 

 La relación de mi padre conmigo era algo más distante, él no intervenía en las disputas, se mantenía en un tono neutro. Su cara siempre era de tristeza. Pero a espaldas de mi madre, ingresaba en mi cuenta una buena cantidad de dinero, con la cual yo podía costearme mis gastos. Yo no tenía relaciones con hombres, aun a pesar de que el sexo me atraía, pero no quería estar con gays, yo quería estar con un hombre siendo yo una mujer deseable. 

 

Si que chateaba con hombres,me hablaron de una página donde pude ser yo misma.Se llama, crossytrans.com quiero y debo de hacerle publicidad porque en cierta manera me abrió un mundo donde pude ser yo misma. Me gustaba que me tratarán como a una vulgar puta. Eso es lo que yo me consideraba, yo era algo creado para dar placer a machos alfa y ellos podrían usarme como quisieran.

 

Volviendo una tarde de la universidad, vi el coche de papá, aparcado en un sitio apartado, muy cerca de la caseta donde los vigilantes pasaban la noche. Aquel al que había visto follar a mi padre, seguía allí. Nadie sabía que había pasado y su puesto de trabajo nunca corrió peligro. Mi curiosidad me hizo acercarme con sigilo, y asomarme por la única ventana desde que no me podían ver. Lo que vi me dejó impactada.